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Reforma Educativa Entrampada. ¿La Cuarta va o no va?

Reforma Educativa Entrampada. ¿La Cuarta va o no va?

EL HILO DE LA MADEJA N° 6

Se ha vuelto común, en el discurso de los políticos de todos los colores, el hablar de la educación como “el mejor instrumento para mejorar los destinos del país”. Pero fuera de los lugares comunes, cabe la pregunta de ¿qué tan determinante es la educación para los destinos de una nación?. Pero ¿nos gusta el rumbo al que están llevando a México los últimos gobiernos?.

Las mentadas reformas estructurales, que se consolidaron en el sexenio de Peña Nieto sirvieron para apuntalar el periodo neoliberal salvaje de los últimos 36 años. Al gobierno actual lo antecedieron seis presidentes y decenas de gobernadores neoliberales que siguieron fielmente las directrices de la OCDE, el FMI y el Banco Mundial en todos los terrenos: desmantelaron la propiedad estatal en sectores estratégicos, han normalizado la entronización del capital financiero y bursátil y convertido el respeto y promoción de la economía de mercado en un dogma incuestionable.

 

Retomando se puede afirmar que han casi desaparecido los derechos laborales (inestabilidad, reducción salarial, escamoteo de derecho a prestaciones, etc.); Se legalizó el saqueo de los fondos de pensión de los trabajadores, entregándolos a la banca privada, otorgándoles la facultad de “invertirlos” arriesgándolos y sin beneficio para los trabajadores; No contentos con ello han aumentado la edad de retiro y haciendo cada vez más imposible el cobro de las pensiones. Un atraco en despoblado pero legal.

 

Se han modificado las leyes necesarias para imponer la privatización de las playas, el suelo de las comunidades y pueblos; el desmantelamiento de la industria energética; la explotación de las minas por empresas extranjeras de manera prácticamente gratuita. El gasto social del gobierno ha disminuido paulatinamente abandonado los servicios de salud, la inversión en vivienda, y en educación. En contraparte ha ido aumentando el gasto para el ejército.

 

Para Naomi Klein el neoliberalismo es la cultura que celebra la riqueza por encima de todas las cosas, abriendo el gobierno a las corporaciones, privatizando la esfera pública, expandiendo la impunidad para los ricos. El gran triunfo del neoliberalismo ha sido convencernos de que sin ellos no hay alternativa.

 

Pero la crisis real ha sido la falta de imaginación para oponer algo más que un no opositor a la corriente neoliberal, la incapacidad para generar una alternativa. Como ejemplo este breve repaso de los últimos 36 años y el proceso de reforma neoliberal en México ( http://culto.latercera.com/2017/11/18/naomi-klein-gran-triunfo-del-neoliberalismo-ha-sido-convencernos-alternativa/ ), nos esclarece cómo los tecnócratas mexicanos han sido alumnos destacados en la imposición de este modelo económico.

 

Es en este contexto en que debemos entender que la reforma educativa del gobierno anterior estaba en plena concordancia con este “orden” político, social y económico. Se trata de hacer que el sistema educativo refuerce el desarrollo de su modelo económico; de darle visos de naturalidad, de verdad inalterable y de inevitable destino.

 

El sistema necesita un sistema educativo y científico que desarrolle en sus centros de investigación la ciencia y tecnología y los cuadros profesionales que necesita, desde los más elementales hasta los de altísimo nivel, compartiendo el conformismo, el individualismo y la incapacidad para imaginar un mundo distinto.

 

El sistema educativo enseña entonces a competir, a ser eficientes, a añorar el ascenso social individual, a ser la útil y pequeña pieza del gran rompecabezas, a consumir dentro de sus patrones, a NO como ver a los grandes corporaciones se hacen del control de las políticas gubernamentales de todos los países en todos los terrenos, incluyendo el educativo.

 

Las reformas estructurales, incluyendo a la educativa, la de Peña Nieto, fueron parte de esos paquetes de “recomendaciones” que esos grandes organismos trasnacionales impusieron a México para moldearlo a sus intereses.

 

La reforma educativa, en México y en todo el mundo estableció que para formar a los futuros súbditos, requiere que quienes los forman, los docentes, sigan el script, que los planes y programas de estudio se apeguen a lo que requiere, y se aseguran de ello estableciendo “criterios y estándares” a cumplir por docentes, alumnos e instituciones, presentándolos como la revolución del conocimiento.

 

Al final del proceso para dictaminar la iniciativa de la nueva reforma educativa, tenemos el poder legislativo mantiene y cede a los representantes de la línea neoliberal en puntos críticos: la evaluación controlada por un INE reloaded, con nuevo nombre y un flamante consejo consultivo para el que ya se promueven asociaciones como Mexicanos Primero, que encarna los intereses del empresariado nacional y extranjero.

 

Develemos el engaño, esa burguesía mediática, empresarial y financiera, no ha renunciado al control y la influencia que ganaron con Peña. Se han acuerpado junto con los partidos del Pacto por México, ahora de oposición en santa cruzada, presionado mediática y políticamente para que se mantenga la línea neoliberal.

 

Eso es lo que está de fondo en la resistencia de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación, (CNTE). Los maestros entienden que se está tratando de reeditar, de mantener vivo el espíritu, la fundamentación ideológica del modelo educativo peñista de la que hablé al inicio de esta columna. Contra ellos nuevamente se ha enderezado una embestida mediática, llena de mentiras, imputaciones falsas y burdas simplificaciones, así como llamados a la represión contra los maestros democráticos, con la misma virulencia con que lo hicieron en el sexenio anterior.

 

El gobierno traicionaría a los compromisos con sus electores y los maestros, cediendo a la derecha al peñista al dar continuidad a su modelo educativo y cuestionando la legitimidad de las demandas del magisterio. Debe honrar su palabra, desvinculando al poder económico del poder político y eso es lo que demandan los maestros.

 

¿O qué, no se trataba de eso la Cuarta transformación?

 

PD: Por cierto, para completar el cuadro, la “maestra” Elbita, ya se alista a jugar el papel del fiel de la balanza, de esquirolaje, a cambio de la devolución del control del SNTE.

 

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